GRACIAS POR TU VISITA

viernes, 26 de agosto de 2011

¿Ya abriste la Puerta de tu Corazón?

Dios desea hablar contigo como si estuvieras sentado cenando con Él. Él quiere conversar contigo sobre todo, sobre cualquier asunto, de corazón a corazón. La Biblia dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo " (Apocalipsis 3:20).

Este versículo a menudo se ha utilizado para referirse a los inconversos. Hablamos de Jesús parado a la puerta del corazón del pecador, buscando entrar. Pero no, aquí ¡Cristo les está hablando a los creyentes!

El contexto muestra que Cristo les está hablando a aquellos que están vestidos de ropas blancas (la justicia), que han comprado oro probado en el fuego, cuyos ojos están ungidos (tienen una revelación), que son amados, reprobados y castigados (ver Apocalipsis 3:15-19). Éstas son personas arrepentidas, ¡Gente santa que quiere conocer la voz de Dios!

Al leer este versículo tres palabras resaltan mucho: "¡Abre la puerta! ¡Abre la puerta!" Y el Espíritu de Dios habla claramente a tu corazón:"¡Hijo, la razón por la cual no me has oído como quiero ser escuchado es porque no estás totalmente abierto en tu espíritu para escuchar!"

Desde una perspectiva personal, esta puerta representa un compromiso -que muchos cristianos aún no han hecho por completo- La mayoría de los creyentes oran: "Señor, todo lo que necesito es un pequeño consejo, unas palabras de dirección, un recordatorio de que me amas. Sólo déjame saber si estoy haciendo bien o mal. ¡Ve delante de mí y abre las puertas!"

Pero Jesús nos responde: "Si todo lo que quieres de mí es dirección, puedo enviarte un profeta. Si sólo quieres saber a dónde ir y qué hacer, puedo enviar a alguien que haga las veces de guía. Pero ¡me estás perdiendo!"

Jesús quiere tu cercanía, tus emociones más profundas, tu lugar secreto. Quiere sentarse contigo y compartir todo lo que está en Su Corazón, hablar contigo cara a cara. Apocalipsis 3 es un cuadro maravilloso de esto. Habla del amor y de la intimidad, de compartir secretos con entonaciones suaves y tiernas.

Cuando Jesús entra, trae alimento y pan, en otras palabras, Él mismo ingresa. Cuando te alimentes de Él ¡Tú estarás satisfecho por completo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario